Allá por los años 50, en el norte de las provincias de Córdoba y Santiago del Estero, los almaceneros acostumbraban a dar como "yapa" (obsequio extra) un puñado de frutos de mistol a los niños, como si fueran caramelos, ya que el fruto en su estado maduro es dulce.
El mistol (Ziziphus mistol) es un árbol nativo de Argentina, específicamente de las regiones del Gran Chaco (incluye partes de las provincias Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Salta, Córdoba, Catamarca y Santa Fe) donde ha sido parte de la cultura indígena y rural durante siglos. Este árbol pertenece a la familia Rhamnaceae y es resistente a las condiciones áridas, lo que lo hace una especie clave en la flora de zonas secas.
Tradicionalmente se utiliza su corteza, su tronco de madera resisente, sus raíces de las que se extrae la saponina y se usa para lavar la ropa, y con los frutos se elaboran arrope y aguardiente, además de ser comestibles para los animales.
Las comunidades indígenas, como los Wichí y los Quechua, han utilizado sus frutos tanto para el consumo directo como para la elaboración de alimentos tradicionales como la "aloja" (una bebida fermentada) y el "patay" (una especie de harina). Los frutos del mistol tienen un dulzor especial y son ricos en nutrientes, así como también la corteza del árbol y hojas que se han empleado en la medicina tradicional para tratar diversas afecciones digestivas y respiratorias.
Los frutos maduros rojizos se extraen en verano, los cuales se secan, tuestan y muelen para realizar el riquísimo y saludable café de mistol. Una alternativa para los que quieren dejar la cafeína. Su sabor nos recuerda al café, pero sus notas achocolatadas lo hacen único entre otros cafés alternativos conocidos como el café de algarroba, de higo o de chañar.
Propiedades medicinales
Los usos medicinales del mistol se remontan a eras precolombinas. Los pueblos originarios siempre lo emplearon para combatir fiebres, catarros, gripes y otros problemas, sobre todo relacionados con el sistema respiratorio.
Se ha investigado su actividad hipoglucémica y antiinflamatoria, revelando que el polvo de sus frutos puede reducir la accesibilidad de glucosa y bloquear enzimas inflamatorias sin mostrar toxicidad. Además, se ha documentado su uso en la medicina tradicional para trastornos hepáticos y respiratorios, así como su riqueza en antioxidantes y compuestos bioactivos, como flavonoides
No tiene contraindicaciones y puede ser consumido por hipertensos y diabéticos.